fermezz rambles

Encierro

No tengo nada. Estoy vacío. Tan vacío que desaparezco. La habitación es cada vez más chica. Las paredes avanzan incesantes. Yo trato de empujarlas, pero fuerza ya no queda. Me aprietan tanto que me contorsiono y, con resignación, me quiebro. Por suerte, tampoco queda dolor.